Ingesta recomendada: Tomar dos cucharadas de miel cruda cada mañana, optando por la miel de manuka por sus efectos potenciados.
Beneficios: Además de calmar el tracto digestivo, la miel contiene fructooligosacáridos, que favorecen la proliferación de bacterias beneficiosas y contribuyen a la regeneración de las células del revestimiento gástrico.
3. Aceite de oliva virgen extra (rico en oleocantal)
El aceite de oliva virgen extra de alta calidad es un excelente aliado contra las úlceras. Contiene compuestos como el oleocantal y la oleuropeína, que ayudan a reparar el revestimiento gástrico y a reducir la inflamación.
Elige un aceite de calidad: Elige un aceite de oliva virgen extra de un solo origen (por ejemplo, Italia, Creta o España) para evitar mezclar aceites.
Ingesta recomendada: Consumir de 1 a 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra al día. Beneficios curativos: La oleuropeína estimula la producción de moco protector, reduce la inflamación y promueve la regeneración de las células del revestimiento gástrico. 4. Brotes de brócoli (ricos en glucosinolatos)
Los brotes de brócoli son muy ricos en glucosinolatos, especialmente sulforafano, una sustancia que ayuda a eliminar toxinas del sistema digestivo y a reparar heridas en el estómago. Estos brotes, de tan solo 2 o 3 días de edad, contienen hasta 100 veces más glucosinolatos que el brócoli maduro.
Consumo recomendado: Incluya brotes de brócoli en sus ensaladas o comidas para una ingesta regular de glucosinolatos.
Beneficios para la salud: Además de promover la cicatrización de úlceras, una dieta rica en glucosinolatos reduce el riesgo de cáncer gástrico y otros tipos de cáncer. Alimento extra: Mariscos cocidos (ricos en zinc)
Los mariscos, especialmente las ostras, son una excelente fuente de zinc, un mineral esencial para la reparación de tejidos y la cicatrización de heridas. Las úlceras sangrantes pueden agotar las reservas de zinc del cuerpo, debilitando el sistema inmunitario y aumentando el riesgo de futuras úlceras.
Ingesta recomendada: Consuma una porción de mariscos cocidos dos veces por semana, incluyendo mejillones, camarones, berberechos u ostras.
Efectos curativos: El zinc promueve la regeneración de la mucosa gástrica y estabiliza la producción de ácido en el estómago, reduciendo el riesgo de recurrencia.