Este fármaco penetra en el oído interno a través de transportadores específicos. El artículo de Cold Spring Harbor Perspectives in Medicine explica que, una vez dentro, daña el ADN celular, bloquea procesos vitales y genera estrés oxidativo. El resultado es muerte celular y pérdida auditiva acumulativa.
Medicamentos antiinflamatorios y analgésicos comunes
Según Schacht et al. (2012), la aspirina, también conocida como ácido acetilsalicílico, y otros salicilatos pueden causar tinnitus y pérdida auditiva temporal. Aunque en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen al suspender el medicamento, con dosis altas el riesgo aumenta considerablemente.
En consecuencia, el estudio publicado en Cold Spring Harbor Perspectives in Medicine informa que el acetaminofén y otros analgésicos no opioides también se han relacionado con un mayor riesgo de problemas de audición, especialmente con el uso prolongado.
Estos medicamentos generalmente se consideran seguros, pero la evidencia muestra que su uso prolongado, especialmente en combinación con otros medicamentos, aumenta la probabilidad de complicaciones auditivas.
Antimaláricos y antibióticos específicos
Medicamentos como la cloroquina y la quinina, utilizados históricamente contra la malaria, pueden causar tinnitus, mareos y pérdida auditiva. El mecanismo exacto aún se investiga, pero parece estar relacionado con daños en el nervio auditivo.
Además, antibióticos como la vancomicina, especialmente cuando se administran con aminoglucósidos, aumentan el riesgo de ototoxicidad. Este efecto combinado representa un riesgo considerable en el tratamiento hospitalario.
Aunque estos medicamentos han salvado millones de vidas, su potencial ototóxico requiere un seguimiento riguroso en pacientes de riesgo.