Mantenerse físicamente activo no requiere entrenamientos extenuantes. Un entrenamiento sencillo y diario puede mejorar significativamente la circulación y evitar accidentes cerebrovasculares. Además del ejercicio, recuerda beber mucha agua, controlar el estrés, llevar una dieta cardiosaludable y controlar tu presión arterial regularmente. Tu cerebro y todo tu cuerpo te lo agradecerán.