Tomar una pastilla para dormir puede parecer una solución rápida para las noches de insomnio, pero su uso frecuente es una trampa peligrosa. Los somníferos, tanto de venta libre como con receta, pueden provocar dependencia, problemas de memoria y un mayor riesgo de caídas, una preocupación importante para las personas mayores. Muchos también dejan aturdidos o desorientados al día siguiente, lo que afecta la calidad de vida. Su uso prolongado incluso se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia.
Soluciónalo esta noche : Consulta con tu médico para explorar alternativas naturales como suplementos de melatonina (usados con moderación y bajo supervisión), magnesio o remedios herbales como la raíz de valeriana o la lavanda. Y lo más importante, aborda las causas de tus problemas de sueño (estrés, ansiedad o un ambiente incómodo para dormir) en lugar de enmascarar los síntomas. Las técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación antes de dormir pueden hacer maravillas.
😴 Dormir la siesta demasiado larga o demasiado tarde
Una siesta rápida puede parecerte la salvación, pero dormir siestas demasiado largas o demasiado tarde durante el día puede sabotear tu sueño nocturno. Las siestas de más de 30 a 45 minutos, especialmente después de las 3 p. m., reducen tu deseo de dormir, lo que dificulta conciliar el sueño por la noche. Esto puede crear un círculo vicioso de fatiga diurna y mal descanso nocturno, lo que altera tus niveles de energía y concentración.
Arréglalo esta noche : Limita las siestas a 20-30 minutos y tómalas temprano, idealmente entre la 1 y las 3 de la tarde. Esta “siesta rápida” mejora tu estado de alerta sin interferir con tu sueño nocturno. Pon una alarma para evitar dormir demasiado y duerme la siesta en un lugar tranquilo y cómodo, lejos de tu cama, para reafirmar que tu dormitorio es solo para descansar por la noche.