Conclusión:
No necesitas cambiar por completo tu vida para reducir el riesgo; simplemente empieza por cambiar tus noches. Opta por cenas más ligeras, evita los dulces nocturnos, descansa lo suficiente y dale a tu cuerpo la tranquilidad y la relajación que merece sin pantallas. Estos pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en cómo tu cuerpo controla el azúcar en sangre con el tiempo.