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1. Usa una botella de vidrio azul oscuro (o azul claro si no tienes otra).
2. Llénala con agua del grifo, filtrada o embotellada.
3. Déjala al sol por 1 hora, destapada o cubierta con una gasa para que respire.
4. Tras enfriarse, tápala con corcho o tapa y guárdala en la heladera.
5. Bébela fresca o a temperatura ambiente según tu preferencia.

