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Los tomates son una fuente excepcional de licopeno, un antioxidante que se ha vinculado con una disminución en el riesgo de cáncer, especialmente el de próstata. Cocinar tomates aumenta la biodisponibilidad del licopeno, por lo que las salsas de tomate son una forma deliciosa de incluirlos en tu dieta.
Las nueces son ricas en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Incorporar un puñado de nueces a tu dieta puede ofrecer no solo beneficios cardiovasculares, sino también ayuda en la lucha contra el cáncer. Intenta agregarlas a tus ensaladas o disfrutar de un puñado como snack.
Las espinacas son un alimento lleno de nutrientes y antioxidantes. Contienen ácido fólico, que puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer, y están cargadas de fibra. Puedes disfrutar de las espinacas crudas en ensaladas o cocinarlas al vapor como guarnición en tus comidas.