Las toallas son uno de los textiles más usados en casa: las utilizamos a diario para secarnos después de la ducha, en el gimnasio, en la playa o la piscina. Pero con el tiempo, algo molesto empieza a ocurrir: pierden suavidad, se vuelven ásperas y dejan de absorber bien.
Esto no es casualidad. La forma en que las lavamos y secamos influye directamente en su textura y duración. La buena noticia es que con unos simples cambios y un truco casero muy económico podrás mantener tus toallas siempre suaves, esponjosas y como nuevas.
🚨 Por qué las toallas se endurecen con el tiempo
Aunque parezca raro, la causa principal no es el desgaste del tejido, sino la acumulación de residuos:
Restos de detergente o suavizante que se adhieren a las fibras.
Cal del agua (sobre todo si vives en zonas de agua dura).
Restos de aceites corporales y cremas.
Secado incorrecto o exceso de calor.
Todo esto provoca que las fibras del algodón se apelmacen, perdiendo su esponjosidad natural.
🧼 El truco infalible para recuperar la suavidad
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