La hiperglucemia, o niveles altos de azúcar en sangre, puede causar problemas de salud sutiles mucho antes de que se noten síntomas evidentes. Reconocer estos signos tempranos puede ayudar a evitar complicaciones graves y mejorar el bienestar general.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la hiperglucemia, mejor conocida como niveles altos de azúcar en sangre, como un nivel de glucosa en sangre en ayunas superior a 7,0 mmol/L (126 mg/dL) o 11,0 mmol/L (200 mg/dL) dos horas después de una comida. Si bien la hiperglucemia es más frecuente en personas con diabetes, también puede presentarse en personas de riesgo, especialmente debido a una mala alimentación, falta de actividad física o comorbilidades.
A continuación se presentan siete síntomas principales que pueden indicar que sus niveles de azúcar en sangre están aumentando a niveles no saludables:
Sed constante (polidipsia).
Uno de los primeros síntomas más comunes de la hiperglucemia es la sed insaciable. Cuando la glucosa se acumula en la sangre, los riñones trabajan más para filtrar el exceso y excretarlo en la orina. Esto causa deshidratación, lo que a su vez provoca una sed mayor de lo habitual.
Aumento del hambre (polifagia).
Los niveles altos de azúcar en sangre afectan la capacidad del cuerpo para convertir los alimentos en energía utilizable. Dado que la glucosa no puede entrar en las células de forma eficiente, el cerebro lo interpreta como falta de energía, incluso si acabas de comer. Como resultado, puedes sentir un hambre inusual y ansiar comidas más abundantes o refrigerios frecuentes.