Si experimentas alguno de estos síntomas durante más de dos semanas, especialmente el dolor óseo persistente, es fundamental consultar con un especialista. Un diagnóstico temprano puede mejorar notablemente las probabilidades de recuperación.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico puede incluir radiografías, resonancia magnética, tomografía y biopsia ósea. El tratamiento depende del tipo y etapa del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.