-Lava y seca las cáscaras de limón: Lava bien los limones y utiliza un rallador para quitar las cáscaras. Asegúrate de no rallar demasiado profundo para evitar la parte blanca, ya que puede ser amarga.
-Coloca las cáscaras de limón en un frasco de vidrio: Escoge un frasco de vidrio limpio y seco con cierre hermético. Añade las cáscaras ralladas al frasco y asegúrate de llenarlo hasta el borde.
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-Vierte el aceite de oliva: Vierte el aceite de oliva en el frasco hasta cubrir completamente las cáscaras de limón. Asegúrate de que no haya burbujas de aire y que las cáscaras estén completamente sumergidas en el aceite.
-Almacenamiento: Cierra bien el frasco y guárdalo en un lugar fresco y oscuro durante al menos dos semanas. Durante este tiempo, el aceite se infundirá con los compuestos beneficiosos de las cáscaras de limón.