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Ubicación: Sitúa la planta en un lugar donde reciba luz indirecta brillante durante varias horas al día (idealmente mañanas o finales de la tarde).
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Suelo y maceta: Asegúrate de que la mezcla de sustrato drene bien (mezcla de tierra para cactus, arena, perlita). Utiliza una maceta con buen drenaje. Evita cambiarla a maceta mucho más grande: más bien que esté “ligeramente ajustada”.
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Riego: Deja que la tierra se seque completamente antes de volver a regar. En invierno, riega aún menos. Evita que la planta quede en agua.
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Fertilización: Durante primavera y verano fertiliza cada mes aproximadamente con un fertilizante balanceado (por ejemplo N-P-K 10-10-10), diluido a la mitad de la dosis recomendada. No fertilices en otoño/invierno.
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No moverla en exceso: Una planta que florece necesita estabilidad. Evita cambiar de lugar frecuentemente, sacudirla, moverla de maceta nada más florecer.
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¡Paciencia y algo de “estrés amable”!: Sí, el “estrés suave” ayuda — raíz algo apretada, tierra algo seca, luz buena — pero sin llevar la planta al extremo. Según algunos expertos, ese ligero estrés es lo que hace que el vegetal decida “es hora de reproducirme”.
⚠️ Consideraciones importantes