Si querés que las berenjenas queden menos aceitosas, podés dorarlas previamente en una plancha caliente sin agregar grasa.
Usar una mezcla de quesos le da más sabor: mozzarella para el derretido, parmesano para un gratinado crocante y un toque de provolone para intensidad.
Si preferís una receta más completa, intercalá capas de jamón cocido o queso fresco en fetas. También podés añadir rodajas finas de tomate o zapallito para variar la textura.
Para un toque especial, sumá una pizca de ají molido a la salsa de tomate. Realza el sabor sin opacar el resto de los ingredientes.
Este plato combina perfecto con arroz blanco, puré de papas o ensaladas frescas.
Se conserva en la heladera hasta 2 días. Para recalentar, usá el horno en lugar del microondas para que el queso gratinado mantenga su textura.
Las berenjenas al horno con queso son una forma sencilla y deliciosa de disfrutar esta verdura.
Con pocos ingredientes y un gratinado irresistible, se convierten en una receta infaltable para compartir en la mesa.