Preparación:
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En un bol, mezclá el coco rallado con el huevo hasta que se integren.
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Añadí la leche condensada y mezclá bien hasta que obtengas una pasta espesa y pegajosa.
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Con ayuda de dos cucharitas o simplemente con las manos humedecidas, formá pequeños montoncitos.
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Colocá las porciones sobre una placa previamente enmantecada o forrada con papel manteca.
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Llevá a horno precalentado a 180 °C por 12 a 15 minutos o hasta que los bordes estén dorados y la superficie tome un color levemente dorado.
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Dejá enfriar antes de servir.
Consejos:
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Si querés conservar las galletas por varios días, guardalas en un frasco de vidrio o una lata hermética.
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Podés variar los sabores: agregá ralladura de limón o naranja a la masa de manteca, o un toque de canela a las de avena y banana.
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Si hacés varias recetas juntas, organizá el horneado en tandas para que todas se cocinen de manera pareja.
Estas cuatro recetas son perfectas para una merienda casera, para compartir en reuniones o simplemente para darte un gusto dulce en cualquier momento del día.