Preparación
- En un bol grande, verté la leche condensada y agregá el azúcar y la leche en polvo. Mezclá bien con un batidor de mano o cuchara hasta que todo se integre y no queden grumos.
- Sumá la leche entera a la preparación y seguí revolviendo. Es importante que todos los ingredientes se disuelvan bien para que la mezcla quede homogénea.
- Agregá el sobre de jugo Tang y batí durante unos minutos hasta que el color y el aroma del jugo estén bien distribuidos. Este es el paso clave para que el helado tenga ese sabor inconfundible.
- Volcá la mezcla en un recipiente con tapa apto para freezer. Llevá al congelador y dejalo durante 4 a 6 horas. Para lograr una textura más cremosa, revolvé la mezcla cada hora durante las primeras 3 horas.
- Cuando el helado esté bien firme, servilo en porciones. Podés acompañarlo con frutas, salsas o galletitas.
Consejos
- Si querés darle un toque más cremoso, sumale un poco de crema de leche a la mezcla antes de congelarlo.
- Si buscás una versión con tropezones, agregá trozos de chocolate o frutas en el último batido.
- No olvides revolver durante el congelado, ya que esto evitará que se formen cristales de hielo y tu helado quedará mucho más suave.
Con esta receta, tenés un postre fácil y delicioso para refrescar tus tardes de verano. ¡Probalo y sorprendé a todos!