Comprender y prevenir los calambres nocturnos en las piernas
Despertarse en mitad de la noche con un dolor repentino y punzante en la pantorrilla es más común de lo que se cree. Los calambres nocturnos en las piernas, que implican contracciones musculares involuntarias, generalmente en las pantorrillas o los pies, afectan a millones de personas. Aunque a menudo se les atribuye la inocuidad o se les atribuye el envejecimiento o la deshidratación, a veces estos calambres pueden indicar problemas subyacentes más profundos.
Cuándo preocuparse: ¿Es sólo un calambre ocasional?
La mayoría de los calambres nocturnos en las piernas son inofensivos y suelen ocurrir con poca frecuencia. Pueden desencadenarse por:
Sobreesfuerzo de los músculos durante el día.
Deshidratación
Períodos prolongados de estar de pie o sentado
Dormir con los pies en una posición incómoda
Desequilibrios electrolíticos (como niveles bajos de magnesio, potasio o calcio)
Embarazo
Para muchas personas, estos calambres son ocasionales, se alivian con estiramientos suaves y no regresan durante semanas. Sin embargo, en algunos casos, los calambres nocturnos pueden ser más que una simple molestia.
Cuándo consejo médico
Los calambres nocturnos en las piernas se convierten en motivo de preocupación cuando ocurren con frecuencia o causan molestias significativas. Considere buscar atención médica si experimenta:
Calambres frecuentes.
Si los calambres ocurren más de tres veces por semana, podría indicar un problema subyacente, como mala circulación o problemas nerviosos. Un aumento en la frecuencia con el tiempo justifica una mayor investigación.
Dolor intenso o de duración prolongada
Aunque la mayoría de los calambres duran sólo unos segundos o un par de minutos, el dolor persistente o intenso que persiste después del calambre podría indicar problemas circulatorios o neurológicos.