1. Ejercicio Regular
La actividad física es esencial para mejorar la circulación sanguínea. Se recomienda realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado, como caminar, nadar o andar en bicicleta, al menos cinco veces a la semana.
2. Hidratación Adecuada
Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a mantener la sangre fluida y puede prevenir la formación de coágulos. Se sugiere beber entre 8 a 10 vasos de agua diarios, especialmente si estás en climas cálidos o realizando actividad física.
3. Elevación de las Piernas
Si trabajas en un entorno sentado o de pie durante largos períodos, considera la posibilidad de elevar las piernas durante algunos minutos cada hora. Esto ayuda a mejorar el flujo sanguíneo y reduce la presión en las venas.
4. Alimentación Saludable
Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, granos enteros y grasas saludables puede fortalecer el sistema cardiovascular. Los alimentos ricos en antioxidantes, como los arándanos y las espinacas, son especialmente beneficiosos.
5. Uso de Medias Compresivas
Las medias compresivas son una herramienta efectiva para ayudar a mantener el retorno venoso y prevenir la hinchazón. Se recomienda su uso especialmente durante viajes largos en avión o automóvil.
6. Evitar el Tabaco y el Alcohol en Exceso
Ambos hábitos pueden afectar negativamente la circulación y aumentar el riesgo de coágulos. Si es posible, reducir o eliminar el consumo de tabaco y limitar el alcohol.
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