El dolor articular puede convertirse en una pesadilla diaria. Cosas tan sencillas como caminar, subir escaleras o sentarse en una silla pueden convertirse en una tortura. Ya sea que el dolor se encuentre en las rodillas, las caderas o el cartílago, mina la energía y el buen humor.
Muchos recurren a las pastillas. Sí, pueden ofrecer cierto alivio, pero tienen efectos secundarios. Pero la naturaleza tiene su propio “médico”: la hierbabuena y el romero. ¡Dos hierbas sencillas con un poder asombroso!
¿Por qué elegir soluciones naturales?
Los analgésicos cansan el estómago y pueden provocar adicción. Por el contrario, los remedios naturales actúan de forma suave pero constante y ayudan al cuerpo a sanar por sí solo. Y aquí es donde entran en juego la hierbabuena y el romero.
Hierbabuena: El Soldado Fresco
Nuestra conocida menta no es solo para infusiones o para refrescar el aliento. Está llena de mentol y tiene:
Efecto antiinflamatorio: reduce la hinchazón y la rigidez.
Efecto analgésico: proporciona frescura y alivio del dolor.
Aromaterapia: su aroma relaja, reduce el estrés y favorece la recuperación.