Estudios científicos han demostrado que las personas que sufren infartos agudos de miocardio suelen presentar niveles bajos de magnesio. Este mineral ayuda a mantener el ritmo cardíaco estable y previene la formación de coágulos, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardíacas.
Mejora de la salud muscular y ósea:
El magnesio es esencial para la contracción y relajación de los músculos, lo que previene calambres y espasmos. Además, favorece la absorción de calcio, fortaleciendo los huesos y reduciendo el riesgo de osteoporosis.
Regulación del sistema nervioso:
Este mineral contribuye a la producción de neurotransmisores que regulan el estado de ánimo y el sueño. Por ello, un nivel adecuado de magnesio puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la calidad del descanso.
Control de los niveles de azúcar en la sangre:
El magnesio juega un papel importante en el metabolismo de la glucosa, lo que lo convierte en un mineral clave para las personas con diabetes o resistencia a la insulina.
Precauciones en el consumo de magnesio
A pesar de sus múltiples beneficios, es importante no excederse en el consumo de magnesio, especialmente a través de suplementos. Un exceso de este mineral puede causar efectos secundarios como diarrea, náuseas y, en casos extremos, dañar los tejidos más sensibles. Por ello, lo ideal es obtener el magnesio a través de una dieta equilibrada que incluya alimentos como frutos secos, semillas, legumbres, vegetales de hoja verde y cereales integrales.
Alimentos ricos en magnesio
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