Encontré estas pequeñas canicas en mi cama y casi me da un infarto: os voy a contar lo que eran.

 

 

Por suerte, todo salió bien. Me siento muy aliviada de haber visto los huevos a tiempo y haber reaccionado de inmediato; de lo contrario, podría haber tenido graves consecuencias.

Desde entonces, he estado inspeccionando todo cuidadosamente y limpiando periódicamente para evitar que esto vuelva a suceder.

Este incidente me enseñó una lección: permanecer siempre alerta y nunca ignorar las señales sospechosas más pequeñas.

 

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