Otro beneficio importante tiene que ver con la circulación sanguínea. El corazón se encuentra ligeramente inclinado hacia la izquierda, por lo que dormir de ese lado facilita el retorno venoso y reduce la presión sobre este órgano. Esto mejora la circulación hacia el corazón y también hacia las piernas, lo que puede ayudar a prevenir várices e hinchazón. Las mujeres embarazadas, por ejemplo, suelen ser recomendadas por los médicos a dormir sobre el lado izquierdo, ya que así se mejora el flujo de sangre y oxígeno hacia el feto.
Además, esta posición también favorece el funcionamiento del sistema linfático, responsable de eliminar toxinas y residuos del cuerpo. Dormir sobre el lado izquierdo permite que el drenaje linfático se realice de manera más eficiente, ayudando al cuerpo a desintoxicarse mientras dormimos.