Muchas personas tienen dificultades para separar la intimidad física del apego emocional, lo que hace que sea extremadamente difícil seguir adelante sin dejar sentimientos sin resolver.
Además del estrés emocional, también hay consecuencias sociales e interpersonales. Si esta intimidad ocurre con alguien que ya tiene una relación, puede provocar pérdida de confianza, ruptura de amistades e incluso drama público. Pueden surgir rumores y críticas, dañando la reputación y la moral de la persona.
 
					