6. Diuréticos (furosemida, hidroclorotiazida)
Aunque ayudan a reducir la presión arterial y la retención de líquidos, el abuso de diuréticos puede deshidratar el cuerpo y forzar los riñones, afectando su funcionamiento.
7. Litio (usado en trastorno bipolar)
Este medicamento necesita un control estricto, ya que puede provocar nefropatía crónica si no se monitoriza correctamente.
8. Suplementos de calcio o vitamina D en exceso
Aunque no son “pastillas peligrosas”, el exceso puede generar depósitos de calcio en los riñones (nefrocalcinosis) y formar piedras.
✅ ¿Qué debes hacer?
Nunca te automediques.
Consulta siempre con tu médico antes de tomar cualquier medicamento.
Hidrátate bien si estás en tratamiento farmacológico.
Hazte análisis de sangre y orina regularmente si tomas medicamentos crónicos.
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