1. Ayuda a perder peso
El agua de avena es saciante gracias a su contenido en fibra. Tomar dos vasos en ayunas reduce el apetito, evita antojos y disminuye la ansiedad por comer. Además, la fibra soluble retrasa la absorción de carbohidratos, lo que mantiene estables los niveles de glucosa y previene picos de hambre repentina.
2. Regula el colesterol
Los beta-glucanos presentes en la avena atrapan moléculas de colesterol en el intestino, evitando que pasen al torrente sanguíneo. De esta forma, tomar agua de avena de manera constante ayuda a reducir el colesterol LDL (“malo”) y a proteger el sistema cardiovascular.
3. Controla el azúcar en sangre
Beber agua de avena en ayunas contribuye a regular la glucosa, especialmente en personas con resistencia a la insulina o diabetes tipo 2. La fibra ralentiza la absorción de azúcares, evitando subidas bruscas de glucosa después de comer.
4. Favorece la digestión
El agua de avena suaviza el sistema digestivo. Alivia la acidez, combate el estreñimiento y mejora el tránsito intestinal. Además, sus compuestos antiinflamatorios protegen la mucosa gástrica.