Una copa por la noche puede ayudarte a relajarte, pero el alcohol interfiere con el sueño y altera las hormonas responsables de quemar grasa.
Solución: Evite el alcohol de 3 a 4 horas antes de acostarse y manténgase hidratado con agua o té de hierbas.

4. No dormir lo suficiente
La falta de sueño desequilibra las hormonas del hambre, aumentando los antojos y el apetito al día siguiente.
Solución: Priorizar entre 7 y 9 horas de sueño de alta calidad cada noche.
5. Disfrutar de dulces antes de dormir
El azúcar provoca picos de insulina y glucosa en sangre, impidiendo que se queme la grasa y favoreciendo su almacenamiento.
Solución: Intenta satisfacer tus antojos con fruta o alternativas ricas en proteínas.