El estrés nocturno elevado aumenta los niveles de cortisol, lo que está relacionado con la grasa abdominal persistente y los trastornos del sueño.
Solución: Relájese con actividades relajantes como la respiración profunda, la meditación o los estiramientos suaves.
La luz azul que emiten los teléfonos, las tabletas o los televisores puede alterar la producción de melatonina y perturbar la calidad del sueño.
Solución: Apaga tus dispositivos al menos 30–60 minutos antes de acostarte.
La cafeína permanece en tu organismo y puede interferir con tu sueño, incluso si no te das cuenta de inmediato.
Solución: Reduzca el consumo de cafeína después de las 3 PM y opte por café descafeinado o infusiones.