En última instancia, esto significa que es posible que no sienta bien las cosas e incluso que se dañe los pies sin darse cuenta.
Además, los vasos sanguíneos dañados también reducen el suministro de sangre a los pies, lo que significa que podría tener problemas con la cicatrización de cortes y llagas en la zona.
Los niveles elevados de azúcar en sangre pueden dañar los pequeños vasos sanguíneos que irrigan los nervios de los pies (Getty Image).
La farmacéutica continuó diciendo que otro síntoma a tener en cuenta es el hormigueo, el entumecimiento o la sensación de ardor en los pies.
McMillan advirtió que «incluso una inflamación leve alrededor de una grieta o corte puede agravarse rápidamente para las personas con diabetes».
Ella aconseja que Si nota enrojecimiento, calor o hinchazón alrededor de una herida en el pie, consulte a un médico de inmediato.
Sin embargo, es fundamental no entrar en pánico, ya que, si bien los talones agrietados pueden ser un signo de diabetes, también pueden ser simplemente piel seca.
