Cáscaras de huevo vacías
Una cacerola
Agua
Un colador
Un recipiente para el líquido
Instrucciones paso a paso:
Limpiar las cáscaras de huevo: Comienza recogiendo las cáscaras usadas y enjuagándolas bien para eliminar cualquier resto de clara o yema.
Hervir las cáscaras: Coloca las cáscaras de huevo limpias en una cacerola y cúbrelas con agua. Hierve el agua y déjala hervir a fuego lento durante unos 10 minutos. Este paso es clave porque no solo esteriliza las cáscaras, sino que también absorbe el calcio y otros nutrientes importantes.
Enfriar y separar: Después de hervir, deja que el agua y las cáscaras se enfríen por completo. Luego, usa un colador para separar el líquido de las cáscaras y vierte el agua rica en nutrientes en un recipiente.
Prepara las cáscaras: Una vez secas, puedes triturarlas en trozos pequeños o molerlas hasta obtener un polvo fino. Un mortero o incluso un molinillo de café funcionan bien para esto.
Cómo usar tus productos de cáscaras de huevo cocidas
Ahora que has preparado las cáscaras de huevo, tienes dos herramientas poderosas para tu jardín.
El agua de cáscara de huevo: Puedes usar el agua fría de las cáscaras de huevo para regar tus plantas directamente. Esto proporciona un aporte rápido y suave de calcio.
Las cáscaras de huevo trituradas: Las cáscaras trituradas o en polvo se pueden mezclar con la tierra alrededor de las plantas. Esto ayuda a liberar calcio lentamente con el tiempo, mejorando la estructura del suelo. También puedes espolvorear las cáscaras
trituradas alrededor de la base de las plantas para crear una barrera física contra babosas y caracoles. Consejos adicionales: