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Come con moderación. No es necesario comer mucho, sino lo justo y nutritivo.
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Prioriza los alimentos naturales. Frutas, huevos, legumbres, verduras y aceite de oliva son aliados de una vida larga.
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Evita los ultraprocesados. Cuantos menos químicos y conservantes, mejor.
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Mantén rutinas simples. Comer a la misma hora, dormir bien y moverse un poco cada día ayudan a equilibrar el cuerpo.
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Cuida tu mente tanto como tu cuerpo. La tranquilidad, la gratitud y el sentido del humor también rejuvenecen.
 
Emma Morano nos dejó una lección poderosa: la verdadera receta de la longevidad está en la sencillez. No se trata de dietas de moda ni de suplementos milagrosos, sino de escuchar al cuerpo, respetar sus ritmos y alimentarlo con lo que realmente necesita.