La pregunta de si las puertas del baño y del inodoro deben permanecer cerradas o abiertas es más importante de lo que muchos creen. Si bien puede parecer una cuestión de preferencia personal, expertos en higiene, diseño de interiores e incluso tradiciones culturales destacan las razones por las que mantener estas puertas cerradas suele ser la mejor práctica.
1. Preocupaciones sobre la higiene y la salud
Los baños y los inodoros son caldo de cultivo para bacterias debido a la humedad constante y la eliminación de desechos. Estudios demuestran que al tirar de la cadena se liberan pequeñas gotas, a menudo llamadas “plumas de inodoro”, en el aire. Estas gotas pueden transportar gérmenes que se depositan en las superficies del baño, incluyendo cepillos de dientes y toallas. Cerrar la tapa del inodoro y la puerta del baño ayuda a reducir la propagación de estas partículas, manteniendo un ambiente más saludable en el hogar.
2. Control de energía y humedad
Dejar las puertas del baño abiertas permite que la humedad se escape a otras partes de la casa, lo que podría aumentar los niveles de humedad. Con el tiempo, esto puede provocar la aparición de moho, daños en las paredes y mayores costos de energía si el sistema de refrigeración o calefacción tiene que trabajar más. Mantener la puerta cerrada ayuda a contener la humedad en el baño, especialmente si se instala un ventilador.
3. Privacidad y estética
Desde un punto de vista práctico, las puertas de baño cerradas mejoran la privacidad y crean un aspecto más organizado y elegante dentro de la casa. Los invitados generalmente esperan que las puertas del baño y el inodoro permanezcan cerradas cuando no se usan, ya que las puertas abiertas pueden parecer desordenadas o incómodas.
4. Creencias culturales y del Feng Shui