Con el paso del tiempo, los cambios hormonales pueden alterar el tipo de sudor o la sensibilidad de la piel. Por eso, es importante cuidar las axilas con suavidad y constancia.
Consejos diarios:
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Limpia con un jabón suave o un paño húmedo con agua tibia.
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Seca con delicadeza, sin frotar.
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Usa desodorantes sin fragancia o formulados para piel sensible.
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Deja que se airee unos minutos antes de vestirte.