Melisa: El Bálsamo Verde para tu Hígado e Intestinos

 

 

 

Para aprovechar sus beneficios, la infusión es la reina, pero no es la única opción. Te presentamos tres formas deliciosas y efectivas de incorporar esta planta en tu rutina.

1. La Clásica Infusión Reparadora

Esta es la forma más directa y terapéutica de consumirla, ideal para después de las comidas o en momentos de estrés.

  • Ingredientes:
    • 1 cucharada sopera de hojas frescas de toronjil (o 1 cucharadita si son secas).
    • 250 ml (una taza) de agua filtrada hirviendo.
    • Opcional: una rodajita fina de jengibre fresco o una cucharadita de miel cruda.
  • Preparación:
    1. Calienta el agua hasta que llegue a ebullición y luego apaga el fuego.
    2. Vierte el agua sobre las hojas de toronjil (y el jengibre, si lo usas) en una taza.
    3. Tapa la taza y deja infusionar entre 5 y 10 minutos. Taparla es crucial para evitar que se escapen los preciados aceites volátiles que contienen sus principios activos.
    4. Cuela, endulza ligeramente con miel si lo deseas, y bebe.
  • Uso Adecuado: Puedes tomar 2-3 tazas al día, preferentemente después de las comidas principales. Es perfecta para esa tarde en la que sientes el abdomen inflamado o cuando has tenido una comida especialmente pesada.

2. Limonada de Melisa y Menta: Refrescante y Digestiva

 

 

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