2. Ejercicios abdominales y entrenamiento con pesas: cuando el entrenamiento de fuerza perjudica tu corazón.
Muchos adultos mayores desconocen que el esfuerzo realizado durante los ejercicios abdominales o al levantar pesas provoca un aumento de la presión intraabdominal y torácica. Esta presión no se limita al abdomen ni al pecho, sino que se extiende hacia adentro y hacia arriba, lo que provoca un aumento de la presión arterial y una demanda compensatoria repentina del corazón.
Para un corazón envejecido, especialmente uno ya debilitado por arterias rígidas o una acumulación silenciosa de placa, esto puede ser un punto de quiebre. He tratado a pacientes que se desmayaron en pleno ejercicio, experimentaron dolor en el pecho durante una serie o sufrieron arritmias poco después de lo que consideraban un entrenamiento normal.
3. Ejercicio en temperaturas extremas: cuando el clima se convierte en el enemigo silencioso de tu corazón
A partir de los 60 años, el cuerpo pierde gran parte de su capacidad para regular la temperatura interna. En climas fríos, los vasos sanguíneos se contraen para conservar el calor, lo que provoca un aumento de la presión arterial. En climas extremadamente cálidos, ocurre lo contrario: los vasos sanguíneos se dilatan, el corazón late más rápido para enfriar el cuerpo y la deshidratación se produce con mayor rapidez.