Por la mañana, en ayunas, tomar una cucharada de aceite de oliva virgen extra .
Si el sabor te molesta, agrega un chorrito de jugo de limón o dilúyelo en un poco de agua tibia.
Espere de 15 a 30 minutos antes de desayunar.
¡Y listo! Un consejo fácil, rápido y económico que no requiere extras ni equipo especial.
Lo cual demuestra que, a veces, todo lo que se necesita es un simple gesto para hacerle bien al cuerpo… naturalmente.