Rica en fibra soluble e insoluble, la chía promueve el funcionamiento regular del intestino, ayudando a prevenir el estreñimiento.
Al hidratarse forma un gel que facilita el movimiento intestinal y aumenta la sensación de saciedad, siendo útil para el control de peso.
Consejo : Consumir chía con abundante líquido para evitar molestias digestivas.
Salud cardiovascular
Contiene ácidos grasos omega-3, conocidos por reducir el colesterol LDL (“malo”) y los triglicéridos, mientras aumentan el colesterol HDL (“bueno”).
El Omega-3 también tiene propiedades antiinflamatorias, ayudando a prevenir enfermedades como la hipertensión, la aterosclerosis e incluso la depresión.
Información nutricional : Sólo 2 cucharadas de semillas de chía aportan casi 5 gramos de omega-3.
Regulación glucémica
Debido a que tiene un índice glucémico bajo, la chía ayuda a prevenir picos de glucosa en sangre, lo que es beneficioso para las personas con diabetes tipo 2.
La fibra retarda la absorción de carbohidratos, manteniendo los niveles de energía estables durante más tiempo.
Fortalecimiento de huesos y músculos
La chía es una excelente fuente vegetal de calcio, esencial para la salud de los huesos y la prevención de enfermedades como la osteoporosis.
El magnesio presente en la semilla mejora la absorción de calcio y regula la contracción muscular.
Rica en proteínas, la chía es ideal para la recuperación muscular después de la actividad física.