Consejos:
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Guardá los controles lejos de la cocina o ambientes húmedos para evitar el deterioro.
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Usá fundas protectoras de silicona para prolongar la vida útil del control.
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Cambiá las pilas cada cierto tiempo y revisá que no estén sulfatadas.

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Si un botón sigue sin funcionar, repetí el proceso en ese sector o reemplazá el contacto.
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Hacé una limpieza interna cada 3 o 4 meses como mantenimiento preventivo.
Reparar tus controles con un cortaúñas es un truco simple, económico y al alcance de cualquiera.
Además de ahorrar dinero, vas a evitar tirar dispositivos que todavía pueden funcionar perfectamente con una mínima intervención.