- Prepara la mezcla de leche: En un tazón, mezcla la leche, la ralladura de limón y el azúcar de vainilla. Calienta la mezcla hasta que esté casi hirviendo.
- Batir la mezcla de yemas de huevo: en otro recipiente, batir las yemas de huevo, el azúcar y la maicena hasta que quede una mezcla suave.
- Combine las mezclas: vierta gradualmente la mezcla de leche caliente en la mezcla de yemas de huevo, revolviendo constantemente para evitar que se corte.
- Enfriamiento: Deje que la mezcla combinada se enfríe por completo.
- Añadir sabor: Una vez enfriado, agregue el jugo de limón y la leche condensada azucarada hasta que estén bien incorporados.
- Espesar: Batir la mezcla hasta alcanzar el espesor deseado.
- Sea creativo: espolvoree canela, espolvoree cacao en polvo o adorne con virutas de chocolate para darle un toque decorativo.
- Enfriar: Refrigere el postre durante 30 minutos para que cuaje y permita que los sabores se fusionen.
¡Sirve y disfruta!
¡Aquí lo tienes! Un postre delicioso sin horno, listo para impresionar en minutos. Ya sea que tengas antojo de algo dulce o quieras deslumbrar a tus invitados, esta sencilla creación promete deleitar con cada cucharada. Disfruta de la simplicidad y saborea la explosión de sabores refrescantes. ¡Buen provecho!