Visión borrosa: El azúcar alta puede causar hinchazón en el cristalino del ojo, afectando tu capacidad de enfoque.
Pérdida de peso inexplicable: Si el cuerpo no obtiene energía de la glucosa, comienza a descomponer grasa y músculo, provocando pérdida rápida e inexplicable de peso.
Heridas que sanan lentamente: El azúcar alta afecta la circulación y la función nerviosa, dificultando la cicatrización de cortes e infecciones.
Infecciones frecuentes: La hiperglucemia debilita el sistema inmunológico, haciéndote más propenso a infecciones, especialmente urinarias y por hongos.
Hormigueo o entumecimiento en manos o pies: El exceso de azúcar puede dañar los nervios (neuropatía), causando sensación de hormigueo o adormecimiento.
Piel seca y con picazón: La mala circulación y el daño vascular pueden causar resequedad e irritación en la piel.