Mucha gente cree que una ventana ligeramente abierta favorece un mejor sueño. El aire fresco parece ser relajante y crear una sensación inmediata de bienestar. Sin embargo, muchos expertos en salud recomiendan cerrar la ventana por la noche. Este hábito puede presentar riesgos que a menudo se subestiman.
Cerrar la ventana no significa sacrificar la calidad del aire. Existen otras soluciones para garantizar un sueño reparador y proteger la salud.
Riesgos para la salud y la calidad del sueño
Dormir con la ventana abierta te expone directamente a fluctuaciones de temperatura. Estos cambios repentinos pueden interrumpir tu ciclo de sueño. Tu cuerpo reacciona a cada corriente de aire frío y le cuesta mantener una temperatura estable. Como resultado, tu sueño se vuelve más ligero y menos reparador.
