Pasos de Preparación
1. Precalentar el horno
Precalienta el horno a 200 °C (400 °F) Engrásala una bandeja para horno ligeramente con aceite de oliva para evitar que las bolitas se peguen.
Lava los calabacines y rállalos con un rallador de agujeros grandes. Coloca el calabacín rallado en un colador, espolvorea con una pizca de sal y deja reposar durante 10 minutos para eliminar el exceso de agua. Luego, exprímelo bien con un paño limpio o con las manos para sacar la mayor cantidad de líquido posible. Esto ayudará a obtener una textura firme en las bolitas.
Preparar la mezcla
En un bol grande, mezcla el calabacín escurrido, la cebolla picada, el ajo, el queso parmesano rallado, el pan rallado, el huevo batido y el perejil picado. Sazona con sal, pimienta y mezcla bien con una cuchara o con las manos hasta que quede una masa homogénea y ligeramente pegajosa.
Si está muy húmeda, puedes agregar 1 a 2 cucharadas más de pan rallado.
Formar las bolitas
Toma aproximadamente 1 cucharada de la mezcla y forma bolitas del tamaño de una nuez con las manos ligeramente húmedas para que no se pegue. Colócalas en la bandeja de horno dejando un poco de espacio entre ellas para que se cocinen uniformemente. Deberías obtener entre 12 y 15 bolitas, dependiendo del tamaño.
Cocinar
Pincela suavemente la parte superior de las bolitas con aceite de oliva para que se doren mejor. Hornea a 200 °C durante 20–25 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción (a los 10–12 minutos) para que se doren de manera uniforme. Deben quedar doradas y crujientes por fuera, y tiernas por dentro.
Sirve las bolitas saludables de calabacín calientes o tibias, acompañadas de una salsa a elección, salsa de tomate casera, salsa de yogur con ajo y limón, o un dip de crema fresca con hierbas. Para un toque especial, decora con perejil fresco o un poco más de parmesano.