Cuando el nervio vago está activo, tu cuerpo entra en “modo calma”. Baja la presión arterial, se regula el azúcar en sangre, mejora la digestión, y tu cerebro se siente seguro. Por eso, activarlo es como enviarle una señal a todo tu cuerpo de que está a salvo. Y lo mejor es que puedes estimularlo de forma natural, sin pastillas, sin tecnología, solo con pequeñas acciones conscientes: