
Los cálculos amigdalinos suelen pasar desapercibidos si son pequeños, pero pueden causar diversos síntomas cuando se agrandan o se vuelven más abundantes. Algunos síntomas comunes incluyen:
- Muy mal aliento (halitosis)
- Dolor de garganta o dificultad para tragar
- Sabor metálico en la boca
- Amígdalas inflamadas
- Dolor o presión en el oído
- Tos persistente
- Infecciones de las amígdalas o amigdalitis
Si experimenta alguno de estos síntomas, es recomendable consultar con un profesional de la salud para obtener un diagnóstico adecuado. A continuación, veamos cómo se diagnostican y tratan los cálculos amigdalinos.
Diagnóstico de cálculos amigdalinos
Los cálculos amigdalinos no son difíciles de diagnosticar. Su diagnóstico suele implicar una exploración física de la garganta y una revisión de su historial médico. Su profesional de la salud también podría recomendar pruebas adicionales, como estudios de imagen o un cultivo de garganta, para descartar otras afecciones y confirmar la presencia de cálculos amigdalinos.
Opciones de tratamiento