Conocido como el “árbol de la vida”, la moringa está repleta de antioxidantes como la quercetina y el kaempferol, que se cree que:
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Combaten el estrés oxidativo
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Fortalecen la función inmunológica
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Inhiben el crecimiento tumoral en estudios preliminares
 
Barbara O’Neill destaca la densidad nutricional y el efecto antiinflamatorio de la moringa como herramientas poderosas en la sanación natural.
🌱 3. Hojas de graviola (guanábana) – La guerrera silenciosa de la naturaleza
La graviola o guanábana es una planta tropical cuyas hojas han mostrado actividad anticancerígena prometedora en estudios de laboratorio. Estas hojas contienen acetogeninas, que podrían:
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Interrumpir la producción de energía de las células cancerosas
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Provocar apoptosis (muerte celular) en células anormales
 
Aunque se necesita más investigación clínica, muchos naturópatas incluyen té de graviola en protocolos de desintoxicación y sanación.
🥦 Dieta alcalina: por qué la alimentación importa
Barbara O’Neill insiste en que la enfermedad prospera en ambientes ácidos. Una dieta alcalina (rica en verduras, frutas, semillas y frutos secos) ayuda a:
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Equilibrar los niveles de pH
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Favorecer la reparación celular
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Reducir la inflamación
 
🚫 Elimina los azúcares y la glucosa: corta el combustible del cáncer