La mala circulación, o también conocida como mala perfusión, se refiere a la reducción del flujo sanguíneo a una zona específica del cuerpo. Esto puede ocurrir por diversas causas, como la obstrucción de los vasos sanguíneos, la reducción de la elasticidad de los mismos o el mal funcionamiento de las válvulas que controlan el flujo sanguíneo.
Síntomas de la mala circulación:
Entumecimiento y hormigueo: Especialmente en las extremidades, como dedos de las manos y pies.
Sensación de frío: Las extremidades pueden sentirse frías, incluso en ambientes cálidos.
Dolores musculares y calambres: En las piernas y pies, que pueden empeorar con el ejercicio.
Cambios en el color de la piel: Las extremidades pueden volverse pálidas, azuladas o incluso rojas.
Piel seca, escamosa o con grietas: En las piernas y pies, lo que puede causar picazón y dolor.
 
					