- Hinchazón abdominal constante: podría ser señal de intolerancia alimentaria o síndrome de intestino irritable.
- Dolor abdominal recurrente: relacionado con gases excesivos y cambios en las heces puede indicar colitis o inflamación intestinal.
- Pérdida de peso sin causa aparente: siempre requiere valoración médica.
- Sangre en las heces: puede indicar hemorroides, colitis o problemas más graves.
- Eructos y flatulencias excesivas: si no mejoran con cambios en la dieta, pueden ser un síntoma de intolerancias.
Causas más frecuentes de exceso de gases
Existen múltiples factores que pueden explicar por qué una persona tiene más gases de lo habitual. Entre los más comunes encontramos:
- Intolerancia a la lactosa: la falta de la enzima lactasa provoca que los productos lácteos no se digieran correctamente, generando gases, diarrea y dolor.
- Intolerancia al gluten (celiaquía o sensibilidad): puede causar inflamación intestinal, gases, diarrea o estreñimiento.
- Síndrome de intestino irritable (SII): caracterizado por dolor abdominal, gases, hinchazón y alteraciones del ritmo intestinal.
- Dieta rica en fibra fermentable: aunque la fibra es saludable, en exceso puede causar producción elevada de gas.
- Bacterias intestinales: un desequilibrio en la microbiota puede favorecer mayor fermentación.
- Estreñimiento crónico: la acumulación de heces favorece la producción de gas y la sensación de hinchazón.
- Enfermedades digestivas: gastritis, colitis, pancreatitis o incluso infecciones pueden tener como síntoma secundario la acumulación de gases.
Síntomas que acompañan al exceso de gases
Más allá de la simple flatulencia o eructos, el exceso de gases puede ir acompañado de:
- Hinchazón abdominal persistente.
- Sensación de plenitud incluso con poca comida.
- Cólicos o retortijones abdominales.
- Diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos.
- Mal aliento y sabor metálico en la boca.
- Fatiga o cansancio en algunos casos relacionados con intolerancias alimentarias.