Evidencia humana limitada: Muchos de los estudios son in vitro (células) o en animales. Hay muy pocos ensayos clínicos robustos en humanos sobre las semillas exactamente. Algunas fuentes apuntan a que los beneficios antiparasitarios no están suficientemente respaldados.
Sabor y tolerancia: Las semillas tienen un sabor bastante amargo y picante; en exceso pueden provocar molestias digestivas.
Poblaciones específicas: Algunas fuentes advierten que no se deben usar sin supervisión en mujeres embarazadas o lactantes, personas con alergia al látex (la papaya puede provocar reacción), o que toman anticoagulantes/anti-hipertensivos.
Dosis segura no bien establecida: No hay aún una dosis “aprobada” universalmente para consumo de semillas de papaya con fines terapéuticos.
No sustituye tratameintos médicos: Si se tiene una infección parasitaria, una enfermedad metabólica o condición cardiovascular: estos remedios tradicionales pueden complementar, pero no reemplazan la atención médica.
Toxicidad potencial: Aunque no es ampliamente reportada, el uso excesivo o sin indicaciones podría generar efectos indeseados.
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